Ríos de impotencia
Un extraño y apacible día de septiembre.
La angustia y el terror
Se sentía en el ambiente.
Sabíamos que venían represalias.
A aquellos que pensaban diferente.
Dos sombras verdes entran a mi casa.
Con metralleta en mano
Preguntando por las armas.
Según ellos yo tenía escondidas.
En algún lugar o rincón de mi casa.
La única arma que he usado en mi vida.
Ha sido el lápiz y el don de la palabra.
Con esas he matado
La ignorancia de mi pueblo.
Lo he hecho con cariño
Y con mucho esmero
Caminamos por las calles del pueblo.
Fuimos tratados
Como los peores delincuentes.
Dos fusiles apuntaban a mi espalda.
El delito no haber sido parte de su gente.
Corre por mi cuerpo ríos de impotencia.
Al ver las bestias verdes
Amenazando con sus armas.
El odio se apodera de mi cuerpo.
Como las olas golpean
Las rocas con sus algas.
El viento gime en los cables eléctricos.
Como sirenas que van en busca de un enfermo.
Sentíamos miedo de no volver a casa.
Solo sabía que más odio
Se juntaba en mi cuerpo.
En mi alma se almacena
La rabia contenida.
Mágicas emociones
Recorren por mi cuerpo.
Con esto destruyeron parte de mi alma.
Que quedó grabado por siempre
En mis recuerdos.
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