Puerto militar por excelencia.
Allí se encuentran muchos barcos y submarinos.
Atracan barcos con sus preciosos cargamentos.
De distintas partes que llegan con su pesca
El comercio se mueve por la riqueza marina.
La pesca y su industria le dan vida a este
puerto.
Son muchas las fábricas que procesan.
Todas las variedades de peces y mariscos.
El
veintisiete de febrero amanecía.
El mar con su oleaje rutinario como siempre
Chocando suavemente,
sobre los barcos pesqueros.
Que están atracados firmemente al muelle.
El infierno llega en pocos segundos.
La tierra ruge y se mueve,
como un león enfurecido.
Las casas se sacuden como alfombra al viento.
Saltando y derribando lo que se ha perdido.
El sismo, ha dañado,
el vientre del océano y se enfurece.
Se levantan grandes olas,
como murallas gigantes.
Levantan con fuerza,
los barcos
que están en el muelle.
terminan navegando por las calles del puerto.
Despavorida la gente,
corre hacia los cerros.
No se sabe hasta donde,
llegarán las olas.
Que entran como furiosos ríos por las calles.
Arruinó casas y el comercio del puerto.
Cuando llega la mañana
Iluminado el puerto,
se observa la terrible destrucción.
Se ven peces en las calles,
barcos incrustados en las casas.
El desastre ha dejado,
solo lamentos y desolación.
Muchos perdieron sus enseres y trabajo.
Tendrán que esperar la reconstrucción.
Ojala vuelva a ser tan grande
Como antes de febrero o mejor
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